La felicidad está presente habitualmente en nuestras vidas cotidianas como algo que afirmamos, invocamos o acerca de cuya ausencia nos lamentamos; sin embargo, resulta complicado definir el término y, más aún, sus implicaciones antropológicas. En este capítulo, contemplamos la felicidad como un hecho sociocultural, por lo que nos distanciamos tanto de su comprensión en términos estrictamente individuales y psicológicos como de su idealización romántica. Pese a que este no haya sido tradicionalmente un objeto de estudio para la Antropología Social, consideramos que los conocimientos que ha generado la disciplina a lo largo de su historia permiten abordar la felicidad como una aspiración colectiva a la que las sociedades tienen capacidad para dar respuesta. Nos aproximamos a la felicidad como uno de esos eslabones en los que se manifiesta la vinculación ineludible de lo individual y lo colectivo a través de seis grandes ejes: 1) Condiciones de partida: igualdad, reconocimiento de la diversidad y paz; 2) Relaciones sociales, vínculos y redes de apoyo mutuo; 3) Continuidades entre lo humano y lo no humano; 4) Homo ludens. El juego y las artes; 5) Las búsquedas del sentido. Símbolos, espiritualidad, ritual, ciencia; 6) Acción transformadora, compromiso y militancias.