El presente trabajo, realizado en algunos distritos del norte de Ghana como Bawku-este, Garu-Tampane y Bunkpurugu-Yunguo, trata de servir de ejemplo de cómo a través del emprendimiento social los sujetos organizan las redes sociales que resultan más eficaces para adaptarse a su entorno a través de la cultura. En Ghana conviven alrededor de 100 grupos lingüísticos y étnicos, con claras diferencias culturales, ideológicas y socioeconómicas.
Concretamente en el norte del país, donde las condiciones de subsistencia son bastante duras, la configuración social basada en la familia, el clan y el grupo étnico resulta muy eficaz para asegurarse la cooperación de los miembros del grupo.
Este trabajo se basa en el análisis de la confianza como elemento clave que configura las redes sociales, la cultura implícita en ellas y la economía del entorno. Se explicarán los elementos que intervienen en la confianza, el papel que juega la cultura en los mismos y cómo la confianza se refuerza en torno a la creación de grupos más pequeños, como en este caso es
la familia, el clan y, en último término, el grupo étnico. Este análisis servirá también para dar cuenta de la existencia de la gran diversidad étnica repartida en diversas zonas del continente africano.
En definitiva, por medio de la obtención de las redes personales de cooperación y la realización de entrevistas a los participantes de este estudio, se confirma la eficiencia de generar grupos más pequeños y cohesionados para enfrentarse a las condiciones más difíciles del entorno, fenómeno que también se observa en grandes sociedades en periodos de crisis económica. Además se mostrará que la cultura juega un relevante papel como generador de la confianza necesaria para asegurar la reciprocidad en la cooperación y la cohesión de los grupos. No obstante, el mecanismo de la confianza va más allá de lo meramente cultural y
asienta sus bases en la evolución humana.