El tema del cornudo consentido o consentidor es un tópico recurrente en la literatura occidental de todas las épocas. Se refiere a la figura del marido que es consciente de la infidelidad de su mujer y la acepta o incluso la propicia. El tipo social que refleja este tópico, sobre todo en su variante del leno maritus que fomenta las infidelidades de su esposa con vistas a obtener algún beneficio por parte de los amantes de esta, fue criticado a menudo por el teatro y la poesía de Grecia y Roma (a veces asociándolo a la metáfora del Cuerno de la abundancia aplicado a la mujer adúltera con respecto a su marido consentidor), y debió ser bastante real y estar relativamente extendido, pues algunas leyes romanas, al menos desde la época augústea, proscribieron dicha práctica al entenderla como una perniciosa prostitución encubierta. En la obra de Plutarco se detecta el uso de este tópico al menos en cuatro ocasiones, como veremos, y en dos de ellas se relaciona con personajes romanos de alta relevancia política. Nuestro trabajo consistirá en analizar esos pasajes y resaltar cómo el Queronense explota el tópico (y su metáfora asociada) no solo para la crítica social, como se empleaba originalmente en la comedia y el epigrama, sino también para la crítica literaria y filosófica.