Se analizó la válvula aórtica y el origen de las arterias coronarias en 2.413 hámsteres sirios de entre 1 y 823 días de edad, pertenecientes a nueve familias consanguíneas de laboratorio. Los especímenes se estudiaron con un estereomicroscopio, una técnica de inyección-corrosión o técnicas histológicas (microscopía óptica). La válvula aórtica era tricúspide en 1.823 (75-5%) casos y bicúspide en los 590 restantes (24-5%). En todas las válvulas aórticas bicúspides había dos senos aórticos, uno ventral y uno dorsal, cada uno sosteniendo una cúspide. La arteria coronaria izquierda surgió del seno aórtico dorsal en 71 (2,9%) hámsteres, ocho de los cuales murieron inesperadamente entre las edades de 1 y 622 días. En 29 (40,8%) de los 71 casos, la válvula aórtica fue tricúspide y la arteria coronaria derecha se originó del seno aórtico derecho. En los 42 casos restantes (59,2%), la válvula aórtica fue bicúspide y la arteria coronaria derecha surgió del lado derecho del seno aórtico ventral. Los resultados de la prueba de contingencia 2 demostraron que la frecuencia de la arteria coronaria izquierda que surge del seno aórtico dorsal aumentó significativamente cuando La válvula aórtica era bicúspide. Este hecho, junto con datos previamente reportados sobre anomalías de la arteria coronaria en el hámster sirio, sugiere que la arteria coronaria izquierda que surge del seno aórtico dorsal podría ser la expresión de un único defecto morfogenético, que se manifiesta como una válvula aórtica bicúspide en algunos casos, un origen anómalo de la arteria coronaria izquierda en otros, o la ocurrencia simultánea de estas dos anomalías cardíacas.
Palabras clave: VAB, coronarias, anomalías coronarias
