Dedicamos nuestro trabajo a la concreción de los pilares sobre los que se sustenta una política coherente de grupo, y a la de los elementos que permitan lograr el equilibrio cuando como consecuencia del ejercicio de dicha política se causen menoscabos al interés de las sociedades filiales. Este último requisito es, quizá, el más importante, pues aunque pone de manifiesto la existencia de conflictos intra-grupo (la convivencia no es fácil) deja claro que los mismos no deben llevar a impedir el funcionamiento
de la empresa policorporativa, porque si se dan las condiciones que exige la mencionada doctrina, los conflictos pueden salvarse por la vía del correcto funcionamiento del grupo, sin necesidad de recurrir a los mecanismos que proporciona el Derecho de las sociedades isla para garantizar, además, la defensa de los intereses de los socios externos y de los acreedores.