El ciberacoso se ha convertido en un importante problema de salud pública, generando un creciente interés debido a sus graves consecuencias psicológicas en los adolescentes. A pesar de que existe cierta evidencia de que las estrategias de regulación cognitivo-emocional (CER) pueden predecir la agresión y la victimización en procesos de violencia, hay una escasez de estudios que evalúan la capacidad predictiva de las CER sobre los diferentes roles implicados en el ciberacoso. Por ello, este estudio pretende analizar específicamente qué estrategias CER incrementan la probabilidad de que los adolescentes acaben ejerciendo los diferentes roles involucrados en el ciberacoso. Se utilizó un diseño transversal con una muestra inicial de 1486 adolescentes de 6 centros educativos de la provincia de Málaga, los cuales completaron dos cuestionarios que evaluaban experiencias de ciberacoso y el uso de las estrategias CER. Se llevó a cabo una regresión logística multinomial para examinar la relación entre los diferentes roles del ciberacoso y las distintas estrategias CER, sexo y edad. Las estrategias desadaptativas de autoculpa y catastrofismo predijeron la pertenencia al grupo de cibervíctimas, la de culpar a los demás incrementó la probabilidad de pertenencia al grupo ciberagresor, y las de autoculpa, catastrofismo y culpar a los demás incrementaron la probabilidad de pertenecer al grupo de cibervíctima-ciberagresor (doble rol). El modelo permitió explicar entre un 10 y 11% de la varianza de los roles del ciberacoso. Los resultados ponen de manifiesto el importante papel de determinadas estrategias CER como mecanismos implicados en la ciberagresión, la cibervictimización y el doble rol. Conocer concretamente qué tipo de estrategias CER aumentan la probabilidad de ejercer los distintos roles del ciberacoso podría ayudar a identificar individuos que están en situación de riesgo y vulnerabilidad, siendo una herramienta fundamental para la prevención del ciberacoso.