El proyecto La mirada de Tea reúne la percepción del entorno desde mi condición de autismo, partiendo de la pintura como disciplina artística. Este título viene de las siglas TEA, convirtiéndose en nombre propio, Tea, representando así a una entidad femenina, como la mujer que decide manifestar su mundo interior desde su condición. Para el desarrollo de la obra es primordial conocer mejor las amplias características que implica el Trastorno del Espectro Autista y su evolución en la historia. Dada la gran diversidad del tema, me focalizo en el autismo en mujeres ya que su diagnóstico se hace más complicado y me afecta
directamente. De modo que lo pondré en conocimiento, sirviendo yo misma como base autoetnográfica inicial, registrando así hechos reales que estarán apoyados en las investigaciones de los profesionales. Además de los testimonios reales que ofrecen, de forma más concisa, las sutilezas del autismo que en este proyecto pretendo exteriorizar.
En cuanto a la parte artística, la meta consiste en la creación de una obra que hable por sí sola, elaborando escenarios de doble visión donde confluyen los sistemas fractales, el flujo sanguíneo, la anatomía, la savia de los árboles y sus troncos, reforzando este concepto de fusión y realidad/ficción con influencias como Roxy Paine, Pamela Rosenkranz y Marina Núñez entre otros. El deseo es promovido por hacer de la pintura, uno de mis escasos intereses, mi casi única forma de comunicación.