El ciberacoso es un fenómeno que conlleva efectos muy nocivos sobre la salud mental de los adolescentes, que parece haber experimentado un incremento de su prevalencia durante la pandemia por Covid-19. Existe evidencia de que las estrategias de regulación cognitivo-emocional pueden predecir la perpetración o victimización de comportamientos violentos. No obstante, hay una escasez de estudios que analicen específicamente cómo se relacionan los diferentes roles en el ciberacoso (cibervíctima, ciberagresor y cibervíctima-ciberagresor) con el uso dichas estrategias de regulación emocional. Por ello, los objetivos del presente estudio fueron: analizar la prevalencia de los distintos roles del ciberacoso en una muestra de adolescentes españoles; y explorar qué estrategias de afrontamiento de regulación cognitiva-emocional contribuyen a que los adolescentes acaben ejerciendo cada uno de los roles de implicación en el ciberacoso. Una muestra de 1389 estudiantes cumplimentó dos cuestionarios que evaluaban el ciberacoso y el uso de las estrategias de regulación cognitivo-emocional. Los resultados arrojaron una prevalencia elevada para cada uno de los roles del ciberacoso. Asimismo, el uso de algunas estrategias determinaba una mayor probabilidad de ejercer cada uno de los perfiles. Concretamente, el uso de las estrategias de catastrofismo, culpar a los demás y autoculpa significativamente incrementaban la probabilidad de implicarse en situaciones de ciberacoso ejerciendo alguno de los roles como cibervíctimas, ciberagresores y como cibervíctimas-ciberagresores, respectivamente. Dichos resultados apuntan hacia el desarrollo de programas de prevención e intervención en ciberacoso centrados en estrategias de regulación cognitiva emocional específicos para cada rol.