Desde la llegada de la democracia a España hasta hoy día el papel del responsable de
comunicación en empresas e instituciones ha sufrido profundos cambios que han afectado
no solamente a la denominación de su puesto de trabajo, sino también a la asunción de
nuevas y diferentes funciones y, por tanto, a sus perfiles profesionales. Aunque,
tradicionalmente, el responsable de comunicación suele ser una persona de absoluta
confianza de los máximos dirigentes de cualquier institución, este único atributo no es
condición suficiente para reunir los requisitos necesarios en una labor cada vez más
compleja y que requiere un elevado grado de conocimientos en diferentes ámbitos de la
nueva cultura empresarial. Por otra parte, las profundas transformaciones operadas en los
modelos de negocio de los media, los cambios impulsados por la digitalización y las
crecientes exigencias de los stakeholders y, en general, de los consumidores han comenzado
a definir cambios de organigrama en los equipos de comunicación de las empresas e
impulsar nuevas exigencias formativas. El propósito de este artículo será, por tanto, trazar
un amplio panorama de la evolución del papel del responsable de comunicación en las
empresas españolas desde los años setenta hasta hoy, y analizar al mismo tiempo aquellas constantes que se han mantenido en el tiempo, así como las funciones asumidas, la
formación requerida y los cambios producidos en el organigrama de las empresas.