Los campos abandonados en la montaña mediterránea suelen verse afectados por la degradación del suelo y la erosión hídrica. Su sistema ecogeomorfológico es de gran variabilidad espacio-temporal y su resiliencia depende del clima y de la degradación edáfica en el momento del abandono. Esta degradación depende de factores locales por lo que la variabilidad espacial del proceso es muy elevada. Las funciones variogramas permiten conocer dicha variabilidad y la correlación espacial entre las variables y mejorar la estrategia de muestreo según dichos factores locales.