Conocida desde la civilización sumeria, la cerveza es una de las bebidas alcohólicas documentadas desde la Antigüedad, desarrollada en Europa por los monasterios medievales e introducida en nuestro país por los maestros cerveceros traídos desde Alemania por Carlos V. Pero la gran eclosión de la bebida tuvo lugar a finales del siglo XIX, multiplicándose las fábricas –la mayoría de las veces de carácter casi artesanal-, por la práctica totalidad del país, comenzando por Madrid y Santander.
En Málaga se documentan un total de 11 fábricas de cerveza, la mayoría de existencia muy efímera y casi todas del siglo XX, destacando entre ellas la denominada Mediterráneo, activa hasta la década de los años treinta del siglo pasado.
Casi por estas fechas, en 1928, inició su actividad la fábrica impulsada por Luís Franquelo Carrasco en el nº. 19 de la calle Don Íñigo, con una plantilla inicial de 85 trabajadores y una producción de 15.000 litros diarios. Su producto estrella era la cerveza Victoria, considerada como la genuinamente malagueña gracias a la exitosa campaña publicitaria ideada por el propietario tras una visita a Alemania. El slogan publicitario, “Cerveza Victoria. Malagueña y exquisita” fue difundido por la empresa Anuncios Diana y expresado plásticamente por el dibujante y colaborador habitual Rafael Sánchez Campo. Siguiendo las indicaciones del promotor industrial creó la conocida imagen de un orondo y elegante señor que se quita el sombrero de jipijapa o panamá para secarse el sudor de la cabeza calva mientras sobre la mesa destaca un vaso de espumosa y refrescante cerveza. El apacible mar del fondo surcado por un velero y la rama de palmera que enmarca la escena –ambientada en los Baños del Carmen-, acentúa su carácter idílico.
Esta imagen, creada en 1937, fue difundida inicialmente mediante diapositivas sobre cristal que se proyectaban en los cines antes del inicio de las películas, y después a través de carteleria y otras modalidades publicitarias que propiciaron que esta imagen haya pasado a convertirse en un icono de Málaga que aún hoy se mantiene.
Pese a la escasez de materia prima (la cebada malteada) durante la posguerra, la prosperidad de la empresa se manifestó en diversas ampliaciones y renovación de maquinaria en los años 1944 y entre 1955 y 1958. En 1968 el ingeniero industrial José Luís Martínez Calbetó proyectó una nueva fábrica en el polígono Guadalhorce, a donde se trasladó en 1970. Casi por las mismas fechas, en 1966, Cervezas San Miguel, su gran competidora local, inauguró su fábrica de Málaga junto al aeropuerto. El boom turístico y el desarrollo hotelero de la Costa del Sol, así como las altas temperaturas experimentadas durante los meses veraniegos -los de mayor afluencia de visitantes-, incrementaron notablemente la demanda para las dos empresas líderes.
La empresa Franquelo
S.A. se integró en 1976 en el conglomerado Unión Cervecera y continuó produciendo Victoria y renovando sus instalaciones. En los años noventa la empresa fue absorbida por Cruzcampo primero, y por Heineken después, para pasar finalmente al grupo Damm, que durante los últimos meses ha reanudado la producción de Victoria, aunque elaborándola en Murcia. El edificio fabril va a ser reconvertido en un moderno parque empresarial desarrollado en torno a la torre-silo de la cervecera, que será rehabilitada y conservada como símbolo de la desaparecida actividad industrial.
San Miguel, igualmente renovada y adaptada a una moderna concepción empresarial continúa como la única cervecera activa en Málaga. Su dinámico Departamento de Comunicación Externa atiende las visitas y funciona como un museo de empresa.
Beer was already known in ancient times and it was improved in
the german monasteries, but the reason of its current characteris
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tics is the set of innovations introduced by the industrial process
and the progress of chemistry. In Malaga it is documented its exis
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tence in the nineteenth century to meet the demand of foreign
people, and since 1940 it was active the Victoria brewery only. Its
origin is in the Franquelo family’s barrels factory, which it came
down due to the lower consumption of wine, and it was reconver
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ted into a brewery in 1928.
This article describes the construction process and technologi
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cal adaptation, successive improvements and extensions and the
move to its last location until final closing in the mid-nineties. It
pays special attention to the advertising campaign of the brand,
whose advertisement became very popular and now it is a symbol
of the city of Malaga.