La evaluación de las funciones ejecutivas es un área de creciente interés dentro de la Psicología. La capacidad de organizar y planificar una tarea, seleccionar objetos de manera apropiada, iniciar un plan y mantenerlo mientras se ejecuta, inhibir las distracciones, etc., son habilidades propias de este constructo, y su medición resulta especialmente interesante en numerosos trastornos psiconeurológicos, así como en los contextos educativos y laborales. En los últimos diez años el ámbito dedicado al desarrollo de pruebas neuropsicológicas para la evaluación de problemas de atención y regulación de la conducta en la edad infantil ha vivido un importante desarrollo.