Ante el proceso de globalización en el que nos encontramos inmersos
desde finales del siglo XX, cuya consecuencia principal es el aumento
progresivo de empresas que optan por la internacionalización de sus
operaciones, y partiendo de la literatura existente sobre el análisis de los
lenguajes de especialidad en general y sobre el lenguaje económico y el
comercial en particular, este trabajo sitúa el lenguaje del Comercio Exterior
como un sublenguaje más, diferenciándolo del de la economía o del comercial.