Tras 15 años desde su llegada a Segovia, la Universidad de Valladolid (UVA) no era
reconocida en la sociedad segoviana, debido a diferentes causas: existencia de otras
instituciones universitarias, ausencia de instalaciones propias y dispersión geográfica de los
centros que utilizaba. Se procede al diagnóstico de la situación por medio de estudio de
percepción interna mediante entrevistas en profundidad, que se completa con un análisis de
la imagen de la institución en la sociedad reflejada en la prensa. Los resultados obtenidos
aconsejan la necesidad de propiciar iniciativas que ayuden a construir la imagen de la UVA
en la ciudad que con frecuencia es confusa o no existe. Aprovechando la inminente
construcción de un edificio propio, el Vicerrectorado del Campus de Segovia decide
desarrollar un plan de acción para consolidar la imagen institucional en la ciudad creando
una marca secundaria. Con el objetivo de implicar a la comunidad universitaria en la
construcción de la propia imagen, se convoca un concurso interno, al tiempo que se
comunica a la prensa todo el proceso. Tras la elección del nombre de Campus Público María
Zambrano de Segovia, se evalúa la repercusión mediática que arroja un balance positivo.