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dc.contributor.authorPacheco-Pérez, Luis
dc.contributor.authorBarroso-Trujillo, Victoria
dc.contributor.authorGalán-Hurtado, María Hermas
dc.date.accessioned2014-11-05T13:27:14Z
dc.date.available2014-11-05T13:27:14Z
dc.date.issued2014-11-05
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/10630/8374
dc.description.abstractIntroducción La diabetes mellitus (DM) es una enfermedad que acapara grandes debates y esfuerzos por parte de todos los agentes implicados en este proceso clínico. Dentro de las complicaciones crónicas asociadas a la DM encontramos las ulceras de las extremidades inferiores, y con especial énfasis las localizadas en el pie, que padecen el 15% de los pacientes alguna vez en el curso de su enfermedad.(1) Estas ulceras podemos clasificarlas, según su etiología, en venosas, arteriales y neuropaticas. La neuropatía afecta tanto a las fibras sensitivomotoras del sistema nervioso periférico como a las del sistema nervioso autónomo. Su prevalencia aumenta con el mal control glucemico y el tiempo de evolución de la diabetes, llegando a afectar al 50% de los pacientes con más de 25 años de evolución. Con la neuropatía periférica, los pacientes presentaran una disminución progresiva de la sensación de dolor, temperatura y vibración, y de la sensibilidad superficial y profunda. Todas estas alteraciones provocan que la piel de la planta del pie sufra una pérdida de tono y tenga una peor respuesta al estrés mecánico, provocando altas presiones plantares y el desarrollo de ulceras. Por tanto, un pie insensible, isquémico o no debe considerarse como de alto riesgo de sufrir úlcera.(1) Las úlceras vasculares constituyen un gran reto de trabajo para los profesionales de la salud, en España la incidencia está alrededor de los 800.000 casos, con una prevalencia del 2% de la población. Las úlceras vasculares se deben a un proceso tisular patológico de origen vascular y de evolución crónica. Las venosas son las más frecuentes, representan entre un 60-80% del total, un 10-25% son arteriales y aproximadamente un 25% mixtas.(2) Según el Consenso sobre Pie Diabético de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular se define al pie diabético como una alteración clínica de base etiopatogénica neuropática, inducida por la hiperglicemia mantenida que, con o sin coexistencia de isquemia y previo desencadenante traumático, produce lesión y/o ulceración del pie.(2) Existen tres factores fundamentales en la aparición y desarrollo de una úlcera en el paciente diabético: la neuropatía, la isquemia (macro y microangiopatía) y la infección, junto con factores externos o ambientales, como el modo de vida, higiene local o calzado inadecuado.(2) Estos factores favorecen tanto la aparición como el desarrollo y perpetuación de la úlcera. Una vez que se desencadena este tipo de ulceraciones, tienden, como todas las úlceras crónicas, a una evolución insidiosa, con dificultad para cicatrizar, gran afectación de la piel circundante y frecuentes recidivas. Así pues, la atención a estos pacientes se centrará en la prevención de los factores de riesgo para evitar la aparición de la úlcera.(2) La terapia actual preventiva en casos de úlceras vasculares y pie diabético debe seguir una serie de medidas terapéuticas para lograr mejorar la calidad de vida de los pacientes hasta la curación de la herida, pero también debe pasar por incluir en su vida diaria unos hábitos higiénico-posturales que serán de gran utilidad para acelerar la resolución de la úlcera y para prevenir la aparición de nuevas lesiones; entre estos puntos cabe destacar mantener un buen cuidado e hidratación de la piel ya que así es más elástica y mucho más resistente a posibles agresiones.(2) Un buen producto para la prevención de este tipo de lesiones debe cumplir con los siguientes requisitos teóricos: mejorar en lo posible la resistencia de la epidermis, restaurar la circulación capilar de la zona afectada y reparar el daño epidérmico, en caso de que lo hubiera. Actualmente existen evidencias científicas de que los ácidos grasos hiperoxigenados (AGHO) cumplen con estos requisitos. Los AGHO son productos compuestos por ácidos grasos esenciales (AGE) que han sido sometidos a hiperoxigenación y que presentan las siguientes propiedades: en primer lugar, aumentan la microcirculación sanguínea disminuyendo el riesgo de isquemia en los tejidos; en segundo lugar, impulsan la renovación celular epidérmica mejorando la troficidad cutánea; y por último, mejoran notablemente el estado de hidratación evitando la sequedad cutánea.(2) Los AGE incrementan la cohesión de los corneocitos, previniendo pérdidas transcutáneas de agua y evitando la descamación cutánea, a la vez que son precursores de las prostaglandinas y del ácido araquidónico y presentan una gran absorción por vía cutánea.(2) Las prostaglandinas desempeñan una importante función de regulación en la división celular así como en la diferenciación de la epidermis; por tanto, actúan para conseguir una disminución de la descamación cutánea. Cuando en la piel no existen AGE precursores de las prostaglandinas, a nivel cutáneo se produce una tendencia a la disrupción en la producción de prostaglandinas y, secundariamente, a un estatus hiperproliferativo (descamación). Los radicales libres de oxígeno tienen un importante rol en la inflamación dentro del proceso isquémico. La hiperoxigenación de los AGE les confiere actividad antirradical dentro del proceso de estrés oxidativo que sufren las células en la hiperemia reactiva. Si pensamos que la etiopatogenia de las úlceras vasculares y úlceras de pie diabético radica en problemas isquémicos en la piel debido a alteraciones en la microcirculación, podemos pensar que con la actividad de los AGHO se está atacando a la causa que desencadena su aparición.(2) La úlcera por presión es una lesión de la piel, producida secundariamente a un proceso de isquemia, que puede afectar y necrosar aquellas zonas de la epidermis, dermis, tejido subcutáneo y músculo donde se asientan, incluso pudiendo llegar a afectar articulación y hueso. (3) La principal causa de su formación es la presión ejercida y mantenida entre dos planos duros y la tolerancia de los tejidos a ésta. Por un lado tenemos el plano duro esquelético y prominencias óseas fisiológicas o deformantes del paciente y el otro plano duro generalmente externos a él, representado por la cama, silla, calzado u otros objetos.(3) Las úlceras por presión (UPP) constituyen un problema de salud importante y suponen un indicador de calidad relacionado directamente con el cuidado de enfermería. Por ello, no cabe pensar que una persona que goza de un estilo de vida autónomo e independiente, pueda deteriorar su calidad de vida por la simple aparición de una lesión cutánea durante su estancia en una institución sanitaria, y que se podría haber evitado con la instauración de políticas activas, que consideran a las UPP como un riesgo para la seguridad del paciente.(4) La reparación de las úlceras del pie diabético implica una secuencia de acontecimientos que van desde la inflamación inicial, la llegada de las plaquetas al sitio de la herida y la consiguiente liberación de factores plaquetarios, el reclutamiento de los macrófagos que también liberan factores de crecimiento que causan migración de células endoteliales y su proliferación en el sitio de la herida, estimulando la angiogénesis, hasta la síntesis de fibroblastos y colágeno.(5) La terapia actual preventiva, en los casos de úlceras de la extremidad inferior, debe incluir unos hábitos higiénico- posturales que van a ser de gran utilidad para acelerar la resolución de la úlcera y para prevenir la aparición de nuevas lesiones. Entre estos puntos, cabe destacar la necesidad de mantener un buen cuidado de la piel mediante la utilización de productos tópicos para este fin, como pueden ser los ácidos grasos hiperoxigenados. (6) El manejo de los ácidos grasos hiperoxigenados en emulsión como es el caso del Mepentol® Leche en nuestro centro de salud, y tras los excelentes resultados obtenidos en diversos estudios realizados con el producto en 78 pacientes con riesgo de ulceración o con úlceras ya instauradas, en el que se evaluó su efectividad en el cuidado de la piel y el alivio de los síntomas previos a la aparición de úlceras, se demuetra claramente un antes y un después en el uso sistemático de Mepentol® Leche, evitando la sequedad cutánea, reduciendo el prurito, el escozor, el dolor y el eczema, y devolviendo la piel a su coloración normal. Además se demuestra su eficacia como método preventivo puesto que ninguno de los pacientes desarrolló nuevas lesiones en la piel sana tratada con Mepentol® Leche. (6) Algunas técnicas y material de las que se disponen para la prevención de las UPP son: los cambios posturales, superficies de alivio de presión, suplementos nutricionales y los ya nombrados ácidos grasos hiperoxigenados, que se han incorporado a la literatura de forma escéptica, , puesto que existen pocos ensayos clínicos sobre su eficacia. Por lo que este proyecto trata de justificar aportando mayor evidencia científica, sobre que el uso idóneo de los ácidos grasos hiperoxigenados por vía tópica, retrasa o evita la aparición de lesiones cutáneas producidas por la excesiva y mantenida presión sobre la zona tisular afectada en el tiempo a un coste relativamente barato, siempre y cuando se aplique a tres zonas de riesgo, 3 veces al día en cada zona, pudiéndose ahorrar mucho dinero. (4) El estudio, llevado a cabo por Segovia T y cols., determina que los AGHO son un producto excelente para la prevención y el tratamiento coadyuvante de las complicaciones en la piel, principalmente en aquellas pieles frágiles y con tendencia a la ulceración. Protegen la piel perilesional y ayudan a prevenir las úlceras por presión y las úlceras de la pierna, además de mejorar la microcirculación en el área sometida a tratamiento. (7) Existen evidencias científicas de que los AGHO son efectivos en todo este tipo de procesos descritos anteriormente: prevención de lesiones en la piel (ulceraciones), revierten las molestias y las condiciones que hacen la piel más frágil ante los estímulos externos que puedan causar nuevas lesiones, también en piel perilesional, y además mejoran la microcirculación en el área sometida a tratamiento. (8) En el estudio realizado por Gallart y cols., los resultados sugieren que la utilización de AGHO para la prevención de las UPP disminuye su incidencia y, en caso de que no las evite, retarda el tiempo de su aparición.(7)es_ES
dc.description.sponsorshipUniversidad de Málaga. Campus de Excelencia Internacional Andalucía Tech.es_ES
dc.language.isospaes_ES
dc.rightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses_ES
dc.subjectDiabeteses_ES
dc.subjectÚlceras por presiónes_ES
dc.subject.otherPressure ulceres_ES
dc.subject.otherUlcer preventiones_ES
dc.subject.otherHyper-oxygenated fatty acides_ES
dc.subject.otherPressure ulcer preventiones_ES
dc.subject.otherÁcidos grasos hiperoxigenadoses_ES
dc.subject.otherDiabetic foot ulceres_ES
dc.subject.otherÚlceras en pie diabéticoes_ES
dc.titleEfecto de los ácidos grasos hiperoxigenados en la prevención de úlceras por presión en pacientes diabéticoses_ES
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/conferenceObjectes_ES
dc.centroFacultad de Ciencias de la Saludes_ES
dc.relation.eventtitle45 Congreso Nacional de Podologíaes_ES
dc.relation.eventplaceSevillaes_ES
dc.relation.eventdate02/10/14es_ES


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