Al habitar los espacios de muchas de nuestras ciudades nos damos cuenta de que ya no se pueden describir únicamente en términos de su morfología, sus materiales y su diseño. En su lugar, una nueva condición ha generado una fenomenológica experiencia y una comunicativa puesta en escena. Después de la profunda investigación en espacios alternativos que el teatro ha llevado a cabo en la segunda mitad del siglo XX, con una renuncia a la reproducción literal de la realidad, la arquitectura está comenzando a tomar la responsabilidad de la representación.