El normopeso y la obesidad, definidos por el índice de masa corporal (IMC), no tienen una asociación homogénea con las características metabólicas. Existen fenotipos metabólicamente discordantes – normopeso con alteraciones metabólicas y sobrepeso/obesidad metabólicamente sanos. La prevalencia de estos fenotipos varía ampliamente según los criterios diagnósticos empleados y la población estudiada.
OBJETIVOS:
a) Determinar la prevalencia de los fenotipos metabólicos discordantes en población adulta de Málaga. b) Examinar las variables antropométricas, sociodemográficas, clínicas y analíticas asociadas a dichos fenotipos. c) Analizar la correlación del índice de hígado graso (FLI) con los diferentes fenotipos metabólicos. d) Valorar si existen diferencias en el riesgo cardiovascular estimado mediante las ecuaciones SCORE y REGICOR en los sujetos con los fenotipos metabólicos sanos y anormales.
SUJETOS Y MÉTODOS:
Se diseño estudio epidemiológico, transversal y analítico sobre una muestra representativa y aleatoria de la población adulta (18 - 80 años), adscrita a un Centro de Salud de Málaga. En el proceso de reclutamiento se incluyeron finalmente 2233 sujetos. Criterio de fenotipo metabólicamente anormal fue el cumplir ≥ 2 de las siguientes alteraciones metabólicas: a) presión arterial sistólica ≥ 130 mmHg y/o diastólica ≥ 85 mmHg (o uso de tratamiento antihipertensivo); b) triglicéridos ≥ 150 mg/dL (o tratamiento específico); c) HDL colesterol enos estricto (presencia de diabetes o de ≥ 1 alteración metabólica) aumentó la prevalencia de los fenotipos metabólicamente anormales bajando la prevalencia de los fenotipos sanos. El empleo de los criterios más estrictos (criterios armonizados de la IDF para el diagnóstico de síndrome metabólico) tuvo un efecto contrario. Al comparar la prevalencia poblacional de los fenotipos metabólicos discordantes empleando el IMC o el perímetro de cintura según los criterios de la IDF y del ATP-III, observamos que la prevalencia de los fenotipos discordantes MHO y MANW fue significativamente superior cuando utilizamos como criterio de obesidad el perímetro de la cintura en lugar del IMC.
En el análisis multivariante, ajustado por sexo, edad y perímetro de cintura, los parámetros asociados independientemente con el fenotipo MANW fueron la edad ≥ 60 años (OR: 4,13; IC95%: 2,17-7,87; p ción positiva entre el IMC y el FLI (r = 0,864, p jetos con los fenotipos metabólicos anormales en todos los grupos de IMC. El porcentaje de sujetos con normopeso y sobrepeso con un FLI normal (gnificativamente mayor en los sujetos MAOW y MAO en comparación con sus fenotipos sanos.
La prevalencia de enfermedad cardiovascular encontrada en nuestro estudio fue del 4,9%, significativamente mayor entre los sujetos MAOW vs MHOW (8,5 vs 1,6%) y MAO vs MHO (11,7 vs 4,1%). Aunque los sujetos con los fenotipos metabólicos anormales se caracterizaron por la presencia de un peor perfil cardiometabólico, el riesgo cardiovascular estimado por las ecuaciones de SCORE y REGICOR no mostró diferencias significativas en comparación con los fenotipos metabólicamente sanos.
CONCLUSIONES:
Más de un tercio de la población adulta de nuestro medio y aproximadamente una cuarta parte de los sujetos con normopeso y obesidad son metabólicamente discordantes.
Los factores asociados independientemente con el fenotipo metabólicamente anormal con normopeso fueron la edad avanzada, un mayor perímetro de cintura y el consumo de tabaco. El fenotipo obeso sano se asoció a sujetos jóvenes, al sexo femenino y a menores valores de perímetro de cintura.
Encontramos una correlación positiva entre el índice de hígado graso, el IMC y la presencia de fenotipos metabólicamente anormales.
No encontramos diferencias significativas en la estimación del riesgo cardiovascular en los diferentes fenotipos metabólicos.