El fatalismo es definido como aceptación pasiva y sumisa del destino y como estado anímico de incertidumbre e indefensión frente a lo que acontece. En esta investigación analizamos este concepto y sus relaciones con otras variables psicosociales. Con una muestra de 750 personas, los resultados muestran que el fatalismo se relaciona positivamente con el sexismo, con alguna atribución causal de la pobreza (determinismo social y aprendizaje cultural), con la creencia en un mundo justo y el sentido de comunidad. Así mismo, se relaciona negativamente con el apoyo social, las participaciones política y comunitaria, la satisfacción vital y el sentimiento de felicidad. En función a los factores sociodemográficos, se aprecian diferencias significativas. En concreto, son más fatalistas las personas con menores ingresos económicos, menor nivel de estudios y clase social baja. A pesar de que hombres y mujeres tienen niveles similares de fatalismo, éste se predice con variables diferentes según el sexo. Son comunes las atribuciones causales de la pobreza (determinismo social y aprendizaje cultural) y el sexismo; sin embargo, predicen negativamente el fatalismo la participación política en hombres y la participación comunitaria en mujeres. Estos resultados son coherentes con el concepto de fatalismo y las teorías en relación al mismo.