La resiliencia es un concepto con un enorme potencial para todas aquellas profesiones que reconocen en su objeto de intervención la prevención basada en las fortalezas y recursos propios de las
personas y del entorno con el que se relacionan. En base a ello, existen numerosas investigaciones que analizan el papel de la intervención social y de sus profesionales en la construcción de la
resiliencia de los individuos, grupos y comunidades hacia los que dirigen su actuación. Sin embargo, son menos frecuentes los trabajos de teorización e investigación centrados en el desarrollo y
construcción de esta misma capacidad resiliente en los propios profesionales y en las implicaciones que de ello se deriva para su práctica profesional y para las organizaciones en las que se
encuentran.
Con el objetivo principal de analizar la presencia de la resiliencia en los profesionales de la intervención social frente a la de otros profesionales no relacionados con la ayuda social, se lleva a cabo
una investigación de corte transversal en la que participan 366 sujetos, trabajadores sociales y otros profesionales – informáticos, ingenieros, trabajadores manuales y de servicios- todos ellos de
la provincia de Málaga. Se analizan los diferentes los componentes de la resiliencia, siguiendo el modelo de Grotberg (1995). Los resultados apuntan hacia el colectivo de trabajadores sociales
como más resilientes que el resto de profesionales.