El siglo II d.c., ha sido llamado con toda propiedad " La Edad de Oro de los Antoninos"; en efecto, durante esta centuria aparece una clase única en la Historia Universal: la de los emperadores filósofos o amigos de los filósofos. Sus actividades a lo largo de sus mandatos estuvieron siempre regidas por el principio del humanismo filosófico, incluso aquellos a los que ni sus contemporáneos ni la historia posterior han hecho el debido juicio, como es el caso de Lucio Vero y Commodo. Ello es lo que pretendemos poner de manifiesto en este artículo.