Las grandes diosas no son frecuentes en la propaganda monetaria romana, se presta mayor atención a las divinidades masculinas. No obstante, aparecen cada cierto tiempo en la propaganda de los emperadores, y con mayor abundancia en la de sus esposas y otros miembros femeninos de la domus imperial. En cuanto a las divinidades femeninas menores, en la medida que son "virtudes" monetarias, sucede un proceso inverso, son muy insistentes en las actuaciones de los emperadores y bastante escasas en sus esposas. Trataremos aquí de los ejemplos más significativos para la primera mitad del siglo II d. de J.C.