La crisis de la pintura religiosa a partir del siglo XIX asistirá a finales de siglo a un cambio de rumbo a través de la renovación inscrita en el marco de las poéticas finiseculares. pero ahora la denominación explícita y estricta se hará extensiva al ámbito más amplio de lo "espiritual", basado en una sincera relación directa e individual del ser humano con la divinidad, que, en ocasiones, se materializa en comunidades artísticas. Las vertientes místicas, anímicas, salvíficas, e incluso estéticas, recobran en el fin de siglo un impulso que dota a la temática religiosa de nuevos rostros. En este contexto, la contemporaneización de San Francisco de Asís, iconografía religiosa predilecta en el complejo espíritu finisecular, tiene que ver con la potencialidad de asimilación de su figura con las preocupaciones del hombre moderno. La plástica malagueña cuenta con interesantes ejemplos que responden a estas premisas.