Presentamos los primeros resultados de un estudio en torno a los extranjeros transeúntes existentes en la Antequera de 1631, a partir de un registro ordenado por la Corona. La presencia de estas personas, confirmaba la posición de la ciudad como un núcleo de indudable atracción para realizar contactos mercantiles o simplemente encontrar trabajo, siguiendo la estela de compatriotas suyos asentados desde antaño. El predominio de los inmigrados franceses corrobora los datos obtenidos en ciertas localidades andaluzas y españolas en general, aunque diversas fuentes confirmaban la vecindad de personas con otras nacionalidades distintas a las recogidas en el documento tratado.