El auto de fe fue una compleja ceremonia de la cual hizo un uso tenaz la Inquisición en su batalla contra la herética pravedad y apostasía, a la vez que aquella celebración suponía una nueva e idónea ocasión para mostrar ante la sociedad el omnímodo poder del Santo Oficio. Con el presente artículo hemos querido acercarnos a los llamados "auto particulares", una modalidad ritual menos espectacula, aunque no por ello inoperante, adquiriendo, de hecho, una creciente importancia desde el siglo XVII en adelante.