La economía del bien común (EBC) es más que una propuesta de modelo económico para superar la tradicional dicotomía entre capitalismo y comunismo. La EBC supone una apuesta por una serie de valores éticos concretos, alternativos a los que predominan en la economía global actual. Valores que están en la base de actitudes y comportamientos de los seres humanos y que pueden cambiar la manera en que nos relacionamos los unos con los otros y, por supuesto también, con el medio ambiente.
La EBC apuesta por que valores como dignidad y la solidaridad (en lugar de la inequidad, la desigualdad de trato y de consideración, y la alienación de los seres humanos), la confianza en los demás (frente a la eficacia como fin primordial), la cooperación (en lugar de la competencia feroz), la justicia social (por encima del beneficio económico), la sostenibilidad ecológica (frente a la explotación de la naturaleza), entre otros.
La EBC es un modelo teórico bastante reciente (Felber, 2012), en progresiva construcción, pero también es una realidad aplicada que ya se ha materializado en un buen número de experiencias y realidades en diversos lugares del mundo (España, Alemania, Austria, Suiza, Italia, Holanda, Brasil, Egipto,…)
La educación ambiental (EA) comparte con la EBC muchos valores y objetivos. Por supuesto, todos aquellos valores que tienen que ver con el medio ambiente (sostenibilidad, respeto a la naturaleza, responsabilidad ecológica,…), pero también con valores éticos socio-educativos (compromiso ético, solidaridad, justicia, empatía, participación democrática). Además de valores y objetivos comunes, en los principios de acción (metodología) también se pueden encontrar ciertos paralelismos (cooperación, constructivismo, participación,…), por lo que la complementariedad de ambas perspectivas está plenamente justificada.
El objetivo de esta investigación consiste en la construcción de un instrumento que sea capaz de evaluar el grado de proximidad a los principios y valores del la EBC en personas que no participan del movimiento y que incluso no han oído hablar de él nunca.
Para la construcción del cuestionario, en forma de escala tipo Likert, se ha contado con la colaboración de expertos conocedores de la EBC (a nivel teórico y práctico) y de la EA que han valorado la adecuación de cada ítem. La validación de expertos guió por el método de Thurstone (Guil, 2006), según la cual, cada experto valora el grado de intensidad (o adecuación) de cada ítem en relación al rasgo que se pretende medir.
Tener un instrumento de estas características permitirá conocer las posibilidades de aceptación de los principios y valores mencionados anteriormente y también, en cierta medida, qué aspectos deberían trabajarse más en programas de EA dirigidos a promover la cultura de la EBC.