En el siglo XVII se van a operar cambios en el sistema defensivo hispano impulsados por la presión las nuevas potencias del norte europeo, pasando a un segundo plano el tradicional peligro procedente del Mediterráneo musulmán. Las costas españolas se hallaban escasamente defendidas en 1625 ante un posible ataque inglés, debido a la ausencia de la Armada Real, que se encontraba en América para expulsar a los holandeses de Brasil. Por este motivo Felipe IV envió a sus consejeros de Estado y Guerra a recorrer los puntos más estratégicos del litoral, correspondiendo a Don Pedro Pacheco venir a Málaga quien además ostentaba el cargo de Comisario General de la Caballería e Infantería Españolas, a fin de organizar sus fortificaciones, tarea en la que invirtió varios meses.