El control de las minorías en el seno de los Estados modernos se erigía como un elemento de suma importancia, máxime en etapas de inestabilidad internacional. El periodo tratado aquí recoge el registro de los extranjeros, mayoritariamente franceses, residentes en una de las ciudades más dinámicas del sur peninsular. La movilidad de los mismos les hace decantarse por esta urbe, aunque en el momento de la elaboración de la nómina no hayan optado por la posibilidad de avecindarse, y solo permanecen en calidad de residentes, desarrollando una variada actividad laboral.