El éxito de los libros de caballerías durante el siglo XVI no terminó con la publicación del Quijote sino que siguió durante todo el Siglo de Oro gracias al fenómeno de la reescritura teatral de las más conocidas aventuras caballerescas. Dramaturgos como Lope de Vega, Calderón y Juan Pérez de Montalbán eligieron los episodios caballerescos más espectaculares para llevarlos a las escenas: de esta manera Amadís de Gaula, Florisel y la hermosa Niquea, para nombrar tan solo a algunos de los valientes caballeros y princesas hermosas, protagonizaron unas piezas que conseguían disfrutar de una materia conocida para el entretenimiento del público. El corpus que se ha identificado y que analizo durante la conferencia se compone de unas treinta obras y perdura hasta finales del XVII cuando tenemos uno de los últimos pero quizás más interesantes ejemplos del teatro caballeresco, la pieza "Amadís y Niquea", del dramaturgo malagueño Francisco de Leiva.