Cada artista busca una musa inspiradora para sus creaciones, ideas, herramientas y productos que provoquen cambios sociales. Desde mi propia vivencia la fuente de inspiración es el individuo, abarcando este tema desde distintas concepciones, pero una de mis principales divagaciones como artista ha sido el cuerpo humano como soporte de muchos registros de vida, físicos y psicológicos, huellas, heridas, cicatrices, etc...
El tema elegido para el desarrolo del proyecto son los defectos congénitos, definidos como aquellas alteraciones en el embrión o en el feto, que se manifestarán en el curso del embarazo o en el nacimiento. Producidos por un trastorno durante el desarrollo embrionario o durante el parto.
Muchas anomalías pueden ser diagnosticadas antes del nacimiento. A pesar de que muchas tienen tratamiento mientras el feto se encuentra en el útero, la mayoría se corrige después del parto. Algunas no necesitan medicación alguna. Otras no pueden ser curadas y, en consecuencia, el bebé queda gravemente incapacitado de forma permanente.
No debe sorprender que se produzcan tantos defectos congénitos, considerando la complejidad del desarrollo de millones de células especializadas que constituyen un
ser humano a partir de un solo óvulo fecundado.
Tras analizar el problema me dispongo a realizar una propuesta artística que haga
pensar al espectador, ya que se trata de un tema del que todos conocemos de su existencia
pero no nos percatamos de sus consecuencias hasta que lo experimentamos por nosotros mismos. Artistas como Espaliú ó Tápies han tratado el tema de la enfermedad en sus diferentes ramas, aunque no han utilizado los defectos congénitos como modo de expresión.