En un principio, la necesidad del etalonaje surge rodando con película cinematográfica y realizando todos los procesos de revelado y positivado en el laboratorio. Dando la cantidad de rojo, verde y azul que se le quiere dar a una toma cinematográfica.
Por mucho que el director de fotografía se esforzase en mantener la continuidad de la luz y el color a lo largo de toda la película siempre había diferencias entre unos planos y otros, que venían de errores humanos o de procesos químicos de la película.
El trabajo del etalonador consistía en igualar estas diferencias para que fuesen imperceptibles para el espectador y no le sacasen de la historia.